sábado, 30 de agosto de 2014

Maduro: Un caso de hipoproteinemia


photo internet


Por Énder Arenas Barrios / Sociólogo / enderarenas@gmail.com

La conclusión de todo esto es terrible: el presidente Maduro tuvo una alimentación muy pobre en proteína, no rica en carbohidratos, pero era fundamentalmente su alimentación

No pude evitar recordar mi infancia, 
cuando el presidente Maduro, recordando la suya, confeso que en su casa habitaban ocho personas, cuya alimentación, se basaba en la ingesta durante un mes de un pollo de kilo y medio, dos paquetes de Harina Pan y un kilo de azúcar.
Sí, es verdad, el Presidente narró eso, pidiéndonos que comiéramos con moderación, tal como él lo hacia de niño y entonces, yo empecé a llorar profusamente, pues en mi casa mis dos hermanos menores y yo comíamos casi todos los días medio pollo, un real de arroz y friticas de plátanos amarillos que untábamos con margarina “Gusto”, que hasta hoy no sé porqué tenia semejante nombre pues la bendita margarina tenia un sabor asqueroso a cebo.

Del llanto pasé a la preocupación, pues durante mucho tiempo yo fui flaquito, flaquito. Mis hermanos fueron diferentes, pues además de la ración de pollo, después se servían un tetero de crema de arroz Polly, que ellos devoraban con justa razón porque los pollos de entonces eran enclenques. 

Pensé y he pensado mucho en el Presidente, claro creo que él nunca fue flaquito, pues tiene una enorme humanidad, pero pensé, que si en mi, la ración de pescuezo, alita y cuadril habían producido un estropicio físico, en el presidente Maduro la secuela de tal alimentación de niño tuvo que haber producido efectos devastadores aunque éstos no se evidenciaran, por lo menos en el físico.

Como me suele suceder, las preocupaciones impiden que pueda dormir con tranquilidad y después de semejante alocución lo hice mal, sudaba frío durante el sueño y creí enfermar, incluso una noche sentí lo que mi abuela llamaba “frío de sangre” y un agudo dolor de huesos hasta de los dientes y pensé que estaba contagiado de Chikungunya. Así que busqué ayuda y fue entonces que ubiqué al doctor Medina Castro y confieso que su orientación me aclaró el panorama, pero aumentó mi preocupación por el Presidente.

Por el doctor Medina me enteré que un muslo de pollo (sin el hueso, pues éste no se come), incluso, recomiendo no darlo a los perros, pues mi abuelo decía que el hueso de pollo es muy cortante y corta las tripas de los caninos. Bien decía que el hueso de pollo deshuesado tiene 80 gramos de proteína, si dividimos el muslo entre 8 personas la ingesta de proteínas diarias del  entonces niño Nicolás era apenas de diez gramos de proteína. 

Quiero decirle amigo lector, que esto de entrada me hizo pensar que es grave, muy grave, porque además, el presidente Maduro confesó que en su casa se compraban dos paquetes de Harina Pan y un paquete de un kilo de azúcar, ambos productos al igual que el pollo de kilo y medio duraban un mes, es decir, que el señor Presidente complementaba la dieta de los 10 gramos de proteína con una alimentación rica en carbohidratos, pues todas las tardes, antes de que Venevisión pusiera en pantalla la serie de Walt Disney “El Zorro” él se comía  un cuarto de arepa diaria, que era la ración que le tocaba diariamente acompañado con un vaso de guarapo de azúcar. 

La conclusión de todo esto es terrible: el presidente Maduro tuvo una alimentación muy pobre en proteína, no rica en carbohidratos, pero era fundamentalmente su alimentación.

Caramba, la preocupación me hizo quitarle prestado al doctor Medina un libro maravilloso que no pienso devolverle, por aquello de que, el que devuelve un libro que le han prestado es un idiota, el libro se llama “Cerebro de Pan (Grain Brain)”, de David Perlumutter. El libro me aclaró definitivamente lo que tenía oscuro, pero aumentó mucho mas mi preocupación, ahora no solo por el presidente Maduro sino por el país y mis hijas. El libro trata de la relación entre la nutrición y el cerebro y de los efectos devastadores de los carbohidratos en tan vital órgano. Es decir en los efectos terribles sobre el desarrollo intelectual de los individuos.

Quiero creer que el presidente Maduro tuvo una abuela como la mía, que logró medio salvarme por la cantidad de Avena Quacker y sardinas picapica que me daba en el almuerzo y la cena, a partir de los seis años de edad. 
Pero, ¿y si el presidente Maduro no tuvo una abuela Ana y su dieta siempre fue rica en carbohidratos?. 

¡Que peligro¡. Ellos incrementan la producción de insulina y eso induce al Síndrome metabólico, a problemas cardíacos, con probables infartos al miocardio, diabetes, obesidad (por allí va la vaina) hipertensión arterial y bobería.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.